Premio Mujer Deporte y Empresa 2018
Este año 2018 lo recordaré por haber sido galardonada con este importante premio que viene a reconocer mi labor como deportista, emprendedora y, lo que es más importante, por mis esfuerzos para demandar y visibilizar a las mujeres deportistas en la sociedad y los medios de comunicación.
Para mi ha sido una auténtica sorpresa.
Ya la nominación me pareció un premio en sí misma, pues la organización me ponía a la altura de personas y entidades a las que admiro por esa labor de visibilizar y reivindicar a la mujer en el deporte. Ahí iban a estar nada menos que personas como María José Rienda, Secretaria de Estado para el Deporte; Ana Carrasco, reciente Campeona Mundial de Motociclismo; María Ribera, a quien admiro especialmente; Loida Zabala, la Federación Extremeña de Pádel y el Torneo Femenino de Tenis de Villanueva de la Serena). Y como ponentes y asistentes Laura Baena, fundadora del Club Malasmadres; Pilar Coslado, directora CEO de Almattia Business Training & Events Management; Esther González, presidenta de la Asociación Moda Sostenible Extremadura… y la presencia gubernamental del Presidente Extremeño Fernández Vara y la Vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo.
¡Uuuuuufff!
Al contrario de lo que muchos aficionados al deporte piensan, cuando un deportista sube al podio no es el resultado de un buen día o de la fortuna. Tiene mucho más que ver el acierto de las semanas y meses anteriores, ¡incluso años!, preparando ese objetivo, aunque evidentemente las circunstancias de la prueba cuentan. Pero sin lo primero, las circunstancias pueden ser las más favorables y no producir un buen resultado.
Del mismo modo creo que este podio simbólico del premio Mujer Empresa y Deporte que se me ha concedido este año viene a ser el resultado de mi esfuerzo por denunciar la invisibilidad y casi menosprecio constante que las mujeres deportistas vivimos en algunos medios de comunicación. En los deportivos, duele aún más.
Publicaciones dando resultados de pruebas que olvidan a la ganadora en categoría femenina, aunque sea todo un referente. O que encumbran a un ganador que ha batido en esa prueba un récord mientras que la femenina, también ganadora por cuarta vez consecutiva y batiendo dos récords, pasa a segundo plano como en la victoria de Patrick Lange y Daniela Ryf en el Mundial de Ironman el pasado octubre.
Es cierto que figuras asombrosas como Lydia Valentín, Sandra Sánchez, Carolina Marín, Garbiñe Muguruza, Lucía Martiño o la más reciente y joven Ana Carrasco están trayendo un aire nuevo a la visibilidad del deporte femenino. Mujeres que apoyándose en el trabajo previo que han hecho deportistas como Ruth Beitia, Mavi García, Conchi Bellorín, Laura Revuelta o la propia María José Rienda han logrado hacer visible su imagen propia con una extraordinaria mezcla de éxitos deportivos y visión empresarial y comercial.
Aún así, queda mucho, muchísimo por hacer. Un título de CAMPEÓN/A DEL MUNDO, desde mi humilde opinión, merece un titular más contundente que el recibido recientemente por Sandra Sánchez.
Por ese motivo este premio para mi es un espaldarazo para continuar. Si la Fundación Jóvenes y Deporte y el resto de organizadores de este IV Congreso Mujer Deporte y Empresa ha visto en mi labor y mi discurso una pequeña luz que puede ayudar en este sentido… yo voy a estar ahí. Y así lo he hecho y seguiré haciéndolo junto con el resto de ponentes en estos días en que he estado involucrada en las jornadas de celebración del Congreso.
Estas jornadas también me han servido para comprobar que no estoy sola. Vaya que no lo estoy. Estoy acompañada por mujeres extraordinarias de las que, para ser sincera, tengo mucho que aprender. Y hombres, porque el congreso también va dirigidos a ellos aunque trate de la problemática de la mujer en determinados sectores, fruto de su situación social.
He disfrutado mucho y he aprendido de la ponencia de Laura Baena, la fundadora del Club de Malasmadres, que por supuesto no discrimina a hombres que también se puedan sentir «malos padres» si no responden al rol que cierta parte de la sociedad espera de ellos o como pura actitud ante la falta de conciliación en muchos entornos laborales.
Y qué decir de la ponencia de Laura Marta. Laura es Responsable de Redacción de Deporte Femenino en ABC. Su frase “Empoderamiento femenino a través del deporte en diferentes etapas, niñez, adolescencia, embarazo, menopausia… Podemos hacer lo que queramos», me ha tocado.
Su mesa de debate junto a Manuela Martín, Directora del Diario HOY, Paloma Monreal, periodista de LaLiga4Sports y Liga Iberdrola, ha sido de lo más estimulante.
Y he sentido una saludable envidia al ver quiénes nos daban la interesantísima mesa redonda “Un día después»: Olaia Abadía, Jennifer Pareja y Dori Ruano. Dori Ruano, quién verdaderamente ha sufrido en su etapa deportiva estar relegada a un segundo nivel en una época en la que Indurain y Olano brillaban en el Mundial de Colombia 95, pero ella o Joane Somarriba no aparecían en ningún titular. A Dori no la retiró su merma física, estaba en su mejor momento con 36 años, fue la lucha continua contra «molinos de viento» la que la detuvo.
Diferentes historias, todas de superación y logros deportivos y profesionales. Atentos a su palmarés deportivos y profesionales. Envidiables. Ellas hacen el camino.
Ahora toca seguir.
No se puede desperdiciar el esfuerzo y trecho que estas mujeres y otras muchas han abierto para que nuestra sociedad no tenga sesgos y prejuicios a la hora de valorar lo que hace una mujer, ya sea en el deporte o en cualquier otro ámbito. No se trata de culpabilizar o demonizar a nadie, se trata de eliminar una barrera psicológica que impide ver con el mismo cristal lo que hace una mujer y un hombre. Y, por tanto, comunicarlo y visibilizarlo adecuadamente.
Se trata también de comprender las trabas que la sociedad impone a una mujer de manera inconsciente, y que recibimos desde pequeños/as. Son esas afirmaciones «no puedes», «de eso no vas a vivir», el rol de nacer para gustar y ser aceptada… que minan tu seguridad si no tienes un entorno, aunque sólo sea una persona, que te apoye y te permita soñar.
A veces no necesitamos siquiera trabajar por la igualdad, simplemente basta no poner más obstáculos de los que de manera natural nos encontraremos.
Dicen que el atletismo es un deporte igualitario porque, de manera genérica, se reparten los mismos premios en categoría femenina y masculina. Bien. En 2017 se celebró el primer Campeonato del Mundo de 50 km Marcha por demanda interpuesta
a la IAAF –no de manera voluntaria por la IAAF- y se criticó a la demandante en lugar de al organismo que aún no ha equiparado esa prueba.
Aún existen pruebas donde los premios no están igualados entre mujeres y hombres. Ya sea por argumentos tipo; las mujeres hacen menos distancia (10 km hombres, 5 km mujeres… pero no nos igualan distancia tampoco), o bien porque en categoría masculina llega el premio económico al 10º y en mujeres a la 5ª (basándose en la cantidad vs calidad de las corredoras en línea de salida) o bonificando al primer corredor que pase por una meta volante (siempre que termine top ten de la Clasificación General).
Todos estos ejemplos no hacen más que mostrar las desigualdades existentes. Denunciemos la situación. Donde hay recursos existen más desigualdades. No permitamos que pasen desapercibidos, sin queja no hay cambio. Y estas jornadas y congresos sirven para dar cuenta de ellos y conocer a quienes luchan por cambiar esa situación, por hacerlo posible.
Y si ellas (¡y ellos!) lo han hecho, es que ese camino para lograrlo EXISTE.
Sólo hay que recorrerlo.