Enfoques y petifoques
Este es el artículo que he escrito este mes para Triatlonchannel
Enfoques y petifoques
En estos días hay una oferta inmensa en lo que a retos deportivos se refiere y no es raro que tengamos que formalizar nuestra inscripción incluso con varios meses de antelación a la realización de la prueba. ¿Verdaderamente es necesaria esa carrera de acumulación de inscripciones antes incluso de haberte sentado a pensar cómo quieres orientar tus objetivos deportivos del año?
No es mi intención enumerar en esta reflexión o razonar sobre las cuestiones que tenemos que tener en cuenta a la hora de elegir un reto pues cada uno tendrá su propia escala de prioridades. Por ejemplo, para mí es importante ponerme objetivos acordes con mi máximo nivel competitivo y mantenerme en unas distancias durante unos años para aprender y exprimirme al máximo en esa prueba, para mí lo bonito de una competición por supuesto, es el circuito y la zona en la que se desarrolle pero lo que lo hace superior es el nivel de participación, la rivalidad entre atletas y la igualdad en los rendimientos. Cuanto más parejos sean los niveles más espectáculo y más superación por parte del atleta. En este momento para mí la prioridad es atletismo pero esto no significa que no me guste probar nuevos retos y en mi periodo de “vacaciones” haga incursiones y profundice en otros deportes. Esas incursiones suman en mi trayectoria de atleta a todos los niveles; deportivo, personal y motivacional.
Pero entiendo que esta es mi visión, la visión obsesiva de todo deportista de élite que busca la mejora del segundo en una prueba de poco más de 15 ó de 30´ (según distancias, 5 ó 10k).
Otro modo de elección, es el de adecuar objetivos en función de ilusiones y deseos personales. A muchos no les importa el ir mejor o peor preparados, simplemente quieren estar y ser partícipes de un sueño. Pueden parecer objetivos osados, IM, ultratrail.. pero no serán tan osados si tienen un verdadero sentido para el participante. Aunque desde luego hay que ir medianamente preparado y entrenado.
Por otro lado, tampoco tiene que haber una planificación para todo lo que vayamos a hacer deportivamente; son cada vez más los que disfrutan formando parte de un grupo de entrenamiento, de unos planes dirigidos a un fin pero que sin embargo quieren alternarlo con disciplinas a priori inconexas en cuanto a rendimiento deportivo se refiere. Sería ese el momento en el que deberíamos escuchar a la figura del entrenador (si lo tenemos) o al menos ser consecuentes con nuestra línea de trabajo y decisiones. No se puede estar en todo a al 100%. En ocasiones es posible compaginar nuevos retos; trail de montaña de 15-20km en pretemporada con carreras de 10km, travesías 5-6km de nado con triatlón olímpico. Si pretendemos mejorar nuestra marca en 10km seguramente un ultratrail en el mismo mes o el anterior no sea el camino, al igual que si pretendemos cruzar el estrecho de Gibraltar necesitaremos un entrenamiento específico de natación que quitará horas a otra disciplina. Con esto no quiero decir que ningún objetivo sea incorrecto, todos son posibles pero no consecutivos en el tiempo al menos si esperamos unos resultados y marcas determinadas.
Además de la especificidad en el entrenamiento también hay que tener en cuenta el periodo de adaptación y de recuperación tras el esfuerzo realizado. Por eso yo me quedo un poco asombrada cuando escucho a menudo los planes (que no planificaciones) de algunos corredores realmente ambiciosos y osados y cuestiono si son conscientes de que el cuerpo humano no es una máquina que reseteas tras un gran reto y que parte nuevamente del inicio con las energías al 100% una vez finalizada la misión para comenzar la siguiente. Creo ser muy respetuosa y demostrar empatía con las decisiones en los objetivos de los deportistas, ellos son los que eligen sus retos sin embargo hay que ser consecuente con lo que uno aspira. Un entrenador puede asesorarte y guiarte pero está en ti el escucharle. Tú tienes la última palabra, que sea sensata.
*Petifoque o cuarto foque; vela triangular de proa en embarcaciones de vela. Alargado e izado a gran altura. No sirve tanto para la propulsión del navío como para mermar el viento en las velas siguientes, que son de más importancia. (O lo que sería a mi modo de ver, redirigir el viento a las velas más importantes para la correcta marcha del navío).