Su hoja de servicios de 20 años no admite dudas sobre su trayectoria. Sonia Bejarano (Cáceres, 2 de agosto de 1981) es una de las mejores atletas extremeñas de la historia. Por currículum pocas pueden presumir de tantas internacionalidades, récords y presencia activa como mediofondista, fondista y corredora de cross. Pero puede que sus análisis y diagnósticos sobre su deporte en particular y el extremeño en general vayan en paralelo. Siempre tiene algo que decir, desde la prudencia y desde el argumento. Ahí también es una corredora de fondo de relieve.

—En plena madurez como deportista y ahí sigue, entre las mejores…

–Cada año es un poco más difícil. Cuesta más alcanzar un estado de forma óptimo pero es cierto que ahora puedo mantenerlo más tiempo. Con la edad se pierden algunas cualidades (me cuesta mucho más recuperar) pero he aprendido a exprimirme al máximo y me mantengo mucho más focalizada en un gran objetivo. He aprendido a ser capaz de centrar toda mi motivación y preparación para una gran cita, una tarea no baladí en mi trabajo. También gestiono ahora mucho mejor mi esfuerzo y controlo los tempos dentro y fuera de la competición.

—¿Qué le ha faltado realmente a su carrera?

–Me han sobrado ganas. En algunos momentos (de joven) eran tal mi motivación que no escuchaba a mi cuerpo y no entendía de cansancio físico. Eso me ha llevado a numerosas lesiones. Ahora mi cuerpo no me permite tales alardes y voy más despacio. En cuanto a grandes campeonatos aún me falta estar presente en un Mundial en pista o JJOO, pero las mínimas que se piden ahora son realmente exigentes para estas citas. En el último Mundial sólo 5 europeas estuvieron en la salida, tanto del 5.000m y 10.000m, mientras que hace pocos años, con marcas parecidas a la del récord de Extremadura de 5000m, Marisa Martinez acudió a Atlanta 96, hoy en día ni siquiera podrías clasificarte para una cita europea. Las africanas han puesto un listón muy difícil de superar.

—¿Cúal es el momento real del atletismo extremeño?

–En Extremadura hay mucha pasión y siempre ha habido muy buena escuela y cantera. Yo misma debo agradecer los cuidados de Nacho Pérez y de Pedro Tarifa y Juan Méndez de mi época del Spar Montijo. Sin embargo los lemas de Deporte Base están muy bien y necesitan una continuación. La mayoría de los que se dedican a un deporte individual como es el atletismo lo practica de manera más o menos seria durante su época escolar e incluso en el instituto, pero la mayoría lo dejan al empezar o terminar la universidad. Llega un momento en el que ya no puedes vivir de los ingresos de tus padres y deber buscar tus propios ingresos. La figura del profesional está por desarrollarse, se necesitan referentes y cierta libertad para poder crecer en busca de esa viabilidad económica. Las subvenciones públicas no pueden sostener un peso de tal envergadura, aunque ciertamente ayudan y complementan y a día de hoy son casi las únicas a las que podemos acceder. Con esto digo que no terminamos de tener una pirámide real, sólo tenemos una base y de manera artesanal salen de vez en cuando algunos portentos que llegan a categoría absoluta, con lo que parece que el sistema funciona.

—¿Qué le parece la llamativa decisión de Javier Cienfuegos, que primero abandona Madrid para volverse a Montijo y ahora deja el Playas para firmar por su primer club?

–No es el único. Víctor García, medallista europeo de 3000m obstáculos, también forma su propio club. En mi caso también lo tenía todo tramitado para hacerlo, pero una decisión de última hora de uno de mis sponsor, junto con una oferta en el tiempo de descuento, ha hecho que este proyecto no vea la luz en esta temporada, aunque quizás si en la siguiente. Este es el problema de una reglas tan restrictivas en cuanto a publicidad. Los clubes tienen un presupuesto muy ajustado y al atleta no se le deja mucho margen para manejar su publicidad privada así que la solución pasa por crear tu propio club y crear un contenido a tus patrocinadores. En cuanto a lo de volver a Montijo creo que es una buena decisión. En cuanto al nivel deportivo va a estar perfectamente atendido por Antonio Fuentes y yo creo que va a saber hacerse de su nicho profesional, no le va a faltar de nada.

—¿Es Cristina Jordán la nueva Sonia Bejarano?

–Eso sería robarle su propia personalidad. Cada atleta es diferente con sus retos y sus circunstancias. Si puedo ser un referente, sería estupendo como en su momento lo fueron para mí Marisa Martinez, Rocío Martinez o Manoli Domínguez, los referentes están para ser superados, aunque a mí me queda aún cuerda.

—¿Cómo vería la creación de un club extremeño de élite, una especie de selección, como han propuesto ya varios?

–En mi opinión haría falta la entrada de una empresa privada extremeña muy potente (o varias) que sintiese que la inversión realizada en el equipo tiene un ROI (return of investement) alto tanto en valores como económica. Estamos a la espera de que se apruebe la ley del mecenazgo deportivo porque esta es otra dificultad añadida. Al no estar aún vigente las empresas no pueden tratar directamente con el atleta sino que la facturación tiene que ser a través de otra empresa sin que además se beneficien de esos privilegios fiscales que son los que podrían animar a contar con nosotros.

—Usted ha dicho que se siente triatleta. ¿Su evolución como deportista hará que abandone el atletismo y se haga exclusivamente triatleta?

–Me gusta mucho el triatlón y quizás me gusta tanto porque para mí es un modo de desconexión. Siempre me acerco con los ojos abiertos y con ganas de aprender. Cada experiencia para mí es novedosa y esto me mantiene alerta y viva. Además practicándolo sigo entrenando pero sin carga mental, sin obligaciones y sin presiones, simplemente por el placer de hacerlo. Esto me ha servido para aprender a disfrutar también del atletismo después de 20 años desde que empezara. En 20 años pasan muchas cosas, muchos éxitos y más fracasos y hay que ser fuerte y mantener ilusión para seguir trabajando en la misma línea, la de pegarte contigo, con tus rivales y lograr tu mejor resultado. A veces esta motivación/ilusión hay que buscarla fuera. No tengo planificado lo que pasará en mi vida pero estoy segura de que sólo haré aquello que me haga feliz.

—¿Se sienten los deportistas extremeños respaldados por las instituciones y por las empresas (la pasada semana se confirmó la esponsorización de la bodega Pago Los Balancines)? ¿Qué falta?

–En general el deportista individual (sólo puedo hablar del individual, que es lo que conozco) llegados a cierto nivel, se sienten bastante solos. Mientras compaginas estudios con deporte no eres muy consciente, pues es una época en la que el camino está bastante claro y por norma general es la familia la que te provee. No tengo una solución, soy consciente de que no todos pueden llegar a ser profesionales pero el problema es que no hay un deportista que sea profesional en Extremadura, élite no es lo mismo que profesional. Falta cultura deportiva, ley de mecenazgo, seriedad y creación de contenidos por los atletas, pero no a nivel autonómico, sino a nivel general en España.

—¿Cómo ve la evolución global del deporte extremeño? ¿Cuál es su diagnóstico?

–Estamos acostumbrados a tener deporte gratis, a vivir de subvenciones. Esta es una época de cambio. Sigue habiendo apasionados entrenadores (la mía sin ir más lejos, Rosa Colorado), que dan todo lo que tienen sin pedir nada a cambio, salvo compromiso. Esa experiencia, aprendizaje y ese bagaje hay que pagarlo, al igual que el deporte visto como ocio tiene un coste que debe asumirse por cada ciudadano. No se puede esperar tener deportistas de nivel sin una estructura y un porvenir, en mi caso me he preocupado de formarme para lo que vendrá después de esta época de atleta y mientras tanto la compagino con trabajo de media jornada que aunque me limita mis entrenamientos (muchos días no puedo hacer lo que quisiera), me da una estabilidad que aporta seguridad y es lo que necesito. Estabilidad, algo que en esta profesión es difícil de conseguir, tan sujetos a resultados.

—Es Licenciada y Doctora en Ciencias Ambientales. ¿Cómo ve su futuro profesional?

–En algún momento tendré que dejar definitivamente el deporte de alto nivel y olvidarme del atletismo como prioridad en mi vida. Cuando llegue este momento lo asumiré y me volcaré en mi faceta de lo que toque. Me apasionan muchos campos y me gusta volcarme totalmente en lo que hago. El deporte siempre seguirá existiendo en mi vida.